Intimando con su guardaespaldas…
El nuevo guardaespaldas de Miranda Kravitz era espectacular y pronto estallaron fuegos artificiales entre ellos pero, ¿estaría Miranda dispuesta a renunciar a su recién estrenada libertad por muy guapo que fuera Tyler Brannigan?
Se rumoreaba que el detective Brannigan había agotado la paciencia de sus jefes en el departamento de policía de Nueva York con sus métodos poco ortodoxos, y que por eso le habían asignado temporalmente una misión de canguro. ¿Quién si no él podría mantener a raya a la rebelde princesa neoyorkina? ¿Cómo iba nadie a imaginar que acabaría esposándola?
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